Retos intergeneracionales de las juventudes nicaragüenses en tiempos de crisis democrática

En Nicaragua las juventudes han sido actores fundamentales de cambios y procesos sociales, políticos, económicos, culturales y ambientales. El estallido social de abril 2018 no es una excepción. Este fue liderado en primer momento por las Juventudes Nicaragüenses y lograron cohesionar a una masa policromática de actores sociales bajo una misma causa: -Justicia y Democracia-. Esto desmitifica la preconcepción sobre la participación de las juventudes, que habían sido tachadas de “apáticas y desinteresadas” por no sentirse reconocidas en los espacios tradicionales de participación.

En abril se demostró que la colaboración de las juventudes a la construcción de la sociedad va más allá de estar organizado nominalmente en partidos, organizaciones u ONG´s, sino que las juventudes exigimos y proponemos cambios concretos, medibles, alcanzables, inclusivos y trasparentes que mejoren la situación del país.

En este momento histórico y crucial del país, donde la edad promedio es 29 años, y los menores de 14 años representan el 31.7 por ciento de la población, se comienzan a evidenciar retos intergeneracionales para las Juventudes en la construcción democrática de la “Nueva Nicaragua”:

Se refuerza la necesidad de trabajar en la formación política y ciudadana INDIVIDUAL de más y mejores liderazgos que conformen el acervo político y ciudadano del país. Para esto, se deben tomar en cuenta las formas de participación democrática no convencionales desde las territoriales hasta las digitales. Es importante reconocer de una vez, a las Juventudes como diversas e interseccionales: rurales, urbanas, escolarizadas y no, con discapacidad, indígenas, afrodescendientes, LGBTIQ y de la diáspora, con distintas construcciones culturales, sociales, religiosas y con necesidades diferenciadas.

Estas acciones deben procurar la no repetición de los ciclos del autoritarismo

Es necesario validar las formas, expresiones y mecanismos de organización y articulación GRUPAL a nivel comunitario, local y nacional con estructuras democráticas, inclusivas, transversales y horizontales, para afrontar los retos de edificar una Nicaragua con instituciones fuertes y un estado de derecho solido que asegure las libertades civiles, los derechos políticos y la rendición de cuentas. Estas acciones deben procurar la no repetición de los ciclos del autoritarismo – centralismo en el Estado.

Un último reto, como propone Fidel Ernesto Narváez, es “defender elementos democratizantes como la suscripción popular, el referendo revocatorio, la auditoría ciudadana de la deuda económica, de justicia, de memoria histórica, la práctica recurrente de referendo, plebiscito, consultas populares y cabildos como instrumentos de participación directa en la política que despartidicen el funcionamiento del gobierno”.

Aún nos falta camino por recorrer, pero hemos demostrado que los trechos de la participación democrática juvenil ahora son más abiertos, modernos, creativos y útiles para atraer y atraernos a la participación democrática permanente que necesitaremos aun después de un cambio de régimen.

Todavía
no es momento de cantar victorias
de elevar cometas a destinos inciertos
queda camino por andar
no sabemos
si es lento o rápido el paso
¿a dónde nos llevará?

Extracto poema Abril 2018, Abelardo Baldizón

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